
«A todos nos preocupa tener unos buenos servicios públicos que atiendan adecuadamente nuestras necesidades, cada vez más imperiosas en la coyuntura actual, y unos funcionarios que, en sus distintos niveles, estén al servicio de los ciudadanos, excelentemente preparados bajo los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, y que mantengan, en cualquier circunstancia, la maquinaria administrativa.
Partiendo de esta idea fundamental de servicio al ciudadano, los Inspectores de Hacienda, en particular, y los Cuerpos Superiores de la Administración, en general, asistimos con enorme preocupación a lo que está trascendiendo sobre los cambios en el sistema de acceso por promoción interna a la función pública, por lo que podría suponer de merma sustancial en la preparación de los futuros funcionarios públicos y la introducción de criterios discrecionales a la hora de su evaluación».
Tribuna de opinión publicada en Expansión